Fannie Kauffman "Vitola"

Fannie Kauffman nació en Toronto, Canadá el 11 de Abril de 1927, pero por casualidades del destino su familia emigraría a Cuba apenas con 10 meses de nacida, a los ocho años de su propia voz anunció que le llamó la atención la artisteada, su mayor ilusión era ser cantante de ópera y comenzó cantando opereta, pero por su figura y las gesticulaciones que hacía al cantar provocaba carcajadas en la gente, ella se moría porque en verdad no le gustaba esa reacción, a los once años empezó a estudiar actuación, y dejo el canto y el baile.

Hubo una vez un concurso de radio en Cuba, al que gracias a sus padres ella pudo participar y lo gano, en el programa había dos grandes cómicos cubanos, Agapito y Timoteo y el maestro Abel Barrios, ella eligió su mote, "Vitola" de la marca de unos puros muy finos y que hacía alusión a su delgadez cual si fuera un puro.

Cuando cumplió 21 años, cual edad del destino, probó fortuna en la ciudad de México, D.F. el año 1943, allí debutó en el teatro Arbéu, debido a su capacidad y al talento y carisma que la dotaba fue llamada para participar en la película "Se acabaron las mujeres" de Ramon Peon, pero sería su interpretación de la Nena en "El Rey del Barrio" que abriría la puerta para proyectos en nuestro cine mexicano para nuestra querida Vitola.

En una entrevista realizada por "El Universal" en el 2007, se redacta como fue su inicio con Tin Tan:

Al poco tiempo de su llegada a la ciudad de México, Fanny cumplió los 23 años de edad. Un buen día, Tin Tan fue a verla al Arbéu. Había entrado al Arbéu de incognito y de inmediato pidió que le ofrecieran un contrato para filmar con él, Vitola:"¡ah, cómo recuerdo aquel momento en que me propusieron trabajar en El rey del barrio! Fue la primera película que Tin Tan y yo hicimos juntos ¡ y pensar que se volvió filme clásico del cine mexicano!". Casi desde un principio Germán Valdés y Fanny Kauffman hicieron clic, se convirtieron en pareja perfecta, permitiendo con ello filmar juntos un gran número de películas, "nuestra amistad fue mucho muy grande. Era muy lindo, pero no sólo conmigo, con todo el mundo. Un gran compañero como no ha habido otro, créanmelo. También recuerda mucho a Adalberto Martínez Resortes y a Pedro Infante con quien filmó También de dolor se canta, ambos, dice, "fueron unos compañerazos, inolvidables". La actriz siente nostalgia de aquel tiempo que le tocó vivir, "y de todos los productores, camarógrafos, directores y desde luego de mis compañeros actores. "Vivíamos como en otro mundo a no ser que yo venga de otro mundo por eso veo hoy las cosas tan distintas. Todo muy revuelto, complejo. Está para llorar".


Vitola explica sobre como se convirtió en mexicana:

"pero debo decirles que el de 1946 era otro México, un México más humano, menos envidioso y egoísta. Otro tipo de país, su gente también era de manera diferente, con otra educación y, sobre todo, había menos habitantes, tal vez eso ha tenido mucho que ver a como se vive hoy aquí. "Tengo 60 años viviendo en México", y ataja la interrogante y dice: "No me pregunten si soy cubana o canadiense, soy mexicana. Humberto Elizondo Alardine, diplomático mexicano, padre de mi hijo del mismo nombre, me hizo mexicana al año de estar yo aquí, cuando decidió proponerme matrimonio y casarse conmigo. Pero primero me metió al ´bote´...", recuerda con sonora carcajada, "usó sus influencias políticas para presionarme".
Adelante explica: "Miren, quien se convertiría en mi marido más adelante, fue a ver la función al Arbéu y le gustaron mucho mis comicidades. También cantaba en serio, aprovechando mi voz de soprano. Al salir de la función me fue a ver al camerino y me dijo: La invito a cenar. Pues vámonos, le respondí. Era yo muy aventada. Me llevó a cenar y luego nos seguimos viendo y viendo hasta que de pronto me afirmó: ´Me quiero casar contigo´. Nos casamos, en seguida nació mi primer hijo".
En total contrajo matrimonio tres veces, mismas ocasiones que se divorció "y tuve cuatro hijos, el primero fue Humberto, el segundo David, lo mismo que mis dos nietos y mi nuera. Moisés y Abraham, que tuve en mi segundo matrimonio, quienes murieron en sendos accidentes hace 20 años. Ha sido el dolor más grande de mi vida. Para mi fortuna mi hijo Humberto me echó para adelante".

Fanny no se sintió frustrada por no haberse podido realizar como cantante de ópera, que era su gran ilusión, "al principio sí me sentía mal, después lo pensé bien porque sinceramente, entre las cantantes de ópera no hay muchas que vivan muy bien, claro, no soy millonaria, pero sí una mujer muy trabajadora, que supo sacar adelante a sus cuatro hijos y a sus padres a quienes me los traje de La Habana a México".
Reconoce que sí hizo dinero, pero no amasó gran fortuna alguna debido a su adicción por el juego de pocker, que le fascinaba y la llevó a perder dos casas y más de 100 centenarios. Jugaba con gente de mucho dinero, no del medio artístico, sino de la colonia israelita de México. Aparte "era malísima para jugar".

"Un día estando en la ciudad de Nueva York al salir al escenario, me percaté de que ya me cansaba mucho, que la gente no se reía igual que antes; que no había la misma cantidad de público en el teatro.
Fue entonces que dije: ya no quiero trabajar. Hoy mismo me retiro y me retiré. Es más, a mi hijo Humberto le he dado un consejo sabio: el día en que te des cuenta de que la gente ya no pague por verte y te cueste trabajo entrar en acción, retírate, sin escándalo ni alharaca. Me mantengo vigente porque por la tv pasan mis películas, pero mis admiradores de antaño, estoy segura, ya fallecieron casi todos".

Fannie falleció de causas naturales como los grandes, durante la noche, como debe de ser, un sabado del 21 de febrero del año de nuestro señor 2009.
Vitola, tus fans te quieren, descanse en paz.


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